miércoles, 22 de febrero de 2012

Mi primer trabajo...

Siempre he querido pintar muebles, y devolverles el esplendor de antaño, pero no fue sino tras la insistencia de mi madre que me puse a ello.


Apareció en casa con esta mesilla, y me dijo "Ála, ya tienes un trasto con el que experimentar..."

La foto es de la mesilla totalmente lijada, pero llegó a mis manos de color "blanco"¿? y desconchada, tenía además una pata chunga y algún que otro agujero, que no descubrí hasta haberla lijado del todo...
Venía sin la llave, así que tuve que ingeniármelas para abrirla con un clip.
Después de un montón de pasos de lijado, tapar agujeros y encolar, conseguí que estuviera entera y me puse a pintar...no sabía ni por donde empezar, sólo que aquella mesilla tenía algo especial, una silueta bonita que quería remarcar. Y ya habéis visto el resultado...


Para mi sorpresa le encantó a mi madre, que me dijo : "Tienes que perder el miedo y atreverte hacer lo que te gusta, que tu pintas muy bien y tienes la paciencia que hace falta". Todo esto por que nunca he pensado que lo que yo hacía valiera un pimiento...excepto para mi, mi madre y su amor de madre claro!

De esto hace ya hace un año y medio por lo menos...y aquí sigo, y resulta además que lo que hago gusta.
Está claro que la vida nos da muchas lecciones, entre otras que a las madres hay que hacerles caso.